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Nació en Montecristi el 18 de julio de 1964. Poeta. Nació en la fronteriza ciudad de Mon-tecristi, pero su niñez y gran parte de su juventud transcurrió en Bonao, ciudad donde cursó sus estudios elementales y secundarios. Estudió Derecho y Educación en la Universidad Cató-lica Madre y Maestra, se graduó de Artes Liberales en Norwalk Community College del Esta-do de Connecticut, Estados Unidos (1999) y tiene una licenciatura en Ciencias de Suny State College (2000) Trabajó para la Casa Cultural Julia de Burgos, adscrita a Yale University (1993-1996). Formó parte del Círculo de Mujeres Escritoras y es miembro de La Tertulia de Escritoras Dominicanas en New York, que dirige Daisy Cocco De Filippis. Varios de sus poe-mas aparecen en las revistas Poesía, Callaloo Magazine, Conversación entre mujeres del Cari-be Hispano, Sister of Caliban: Contemporary Woman poets of the Caribbean and Central A-merica, Compás Literary Journal, Punto 7 Re-view, Letras Femeninas, Compost Magazine y Brooklyn Review. Obtuvo el primer lugar en el concurso de poesía de la Comisión de Artes de New Milford (2001) y el tercer lugar en el concurso anual de poesía de Urban Artists Iniciati-ve (2001), ambos celebrados en Connecticut.

 

 

Marianela Medrano

La palabra

 

La cama se mece en movimiento rítmico

liberada en los consejos del tambor

¡Baila la muerte en el cuero baila no le temas!

El vientre comienza a hincharse

—Las piernas dobladas en un ángulo de fuerza—

En la hendidura

—la misma que mandaron a cuidar como tesoro—

una mano

Como bola de algodón crece el vientre

se aplasta contra la cara

pega la nariz a las mejillas

Los ojos se cierran

—semejando una muñeca de esas que al inclinarse se duermen—

Amorfo el cuerpo sin divisiones

entre los senos el pubis la cabeza las estructuras de los brazos y pies

—parece descansar—

Un dedo ha de venir a penetrar la suavidad

¡Oh pronto vendrá un dedo a penetrar la suavidad!

Dará vueltas como caja de bola en los ejes

embestirá con golpes húmedos que llegarán a la garganta

Saldrán como flechas extraños jeroglíficos

El cuerpo es una cueva a la que se entra con la llave de la locura y la magia de lo imposible

—combinación secreta que sólo algunos conocen—

Los libros juntan la policromía de sus letras

Freud viene a fundirse entre las piernas

—se siente culpable de sus sueños—

Atrapado en un ángulo de olores indica las posiciones

despierta al Eureka del júbilo

Sopla caricias sobre el punto clave

Acostado encima

—dominando lo indomable—

sabe que se le está haciendo tarde

y no recuerda para qué

Desde la esquina veo crecer la bola

Me nazco en la noche

Comienzo a llamar por turno a los amantes poetas

jardineros excavadores

en fin

Todos levantan la bandera torturada del aliento

los ojos desorbitados en las cuencas

¿A esta mujer quién le despierta?

Le gustan las lanzas porque le llenan de sonidos el cuerpo

El vientre se describe

el espíritu habla con las lanzas

—palpa el peso y la forma—

persigue el murmullo de las ganas

el parpadeo coqueto de los cuerpos

Acabado el sueño se levanta

La cama aún tiembla con ritmo

—lo juro—

Una serpiente cae a sus pies

viene limpiecita

—lavada de placer—

Se describe en el espejo la madre la hermana la mujer de al lado

—las estructuras del pensamiento ya tienen formas—

Los barrotes rotos no sujetan

más suelta el pelo o los gritos...

yo no sé

Encendida fluorescente reina en su propio trono.

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