
Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico
95 poetas puertorriqueños rinden tributo a Julia de Burgos en el 6to Festival Internacional de Poesía
RÍO GRANDE DE LOÍZA
¡Río Grande de Loíza!...
y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos,
para buscar la fuente que te robó de niño
y en un ímpetu loco te devolvió al sendero.
Enróscate en mis labios y deja que te beba,
para sentirte mío por un breve momento,
y esconderte del mundo, y en ti mismo esconderte,
y oír voces de asombro, en la boca del viento.
Apéate un instante del lomo de la tierra,
y busca de mis ansias el íntimo secreto;
confúndeme en el vuelo de mi ave fantasía,
y déjame una rosa de agua en mis ensueños.
¡Río Grande de Loíza!..
Mi manantial, mi río,
desde que alzóse al mundo el pétalo materno;
mis pálidos anhelos; y mi niñez fue toda un poema en el río, y un río en el poema de mis primeros sueños. Llegó la adolescencia. Me sorprendió la vida prendida en lo más ancho de tu viajar eterno; y fui tuya mil veces, y en un bello romance me despertaste el alma y me besaste el cuerpo. ¿Adónde te llevaste las aguas que bañaron mis formas, en espiga del sol recién abierto? ¡Quién sabe en qué remoto país mediterráneo algún fauno en la playa me estará poseyendo! ¡Quién sabe en qué aguacero de qué tierra lejana me estaré derramando para abrir surcos nuevos; o si acaso, cansada de morder corazones, me estaré congelando en cristales de hielo! ¡Río Grande de Loíza! Azul, Moreno, Rojo. Espejo azul, caído pedazo azul del cielo; desnuda carne blanca que se te vuelve negra cada vez que la noche se te mete en el lecho; roja franja de sangre, cuando baja la lluvia a torrentes su barro te vomitan los cerros. Río hombre, pero hombre con pureza de río, porque das tu azul alma cuando das tu azul beso. Muy señor río mío. Río hombre. Único hombre que ha besado en mi alma al besar en mi cuerpo. ¡Río Grande de Loíza!... Río grande. Llanto grande. El más grande de todos nuestros llantos isleños, si no fuera más grande el que de mi se sale por los ojos del alma para mi esclavo pueblo.
Poemas de Julia
NOCHE DE AMOR EN TRES CANTOS
I Ocaso ¡Cómo suena en mi alma la idea de una noche completa en tus brazos diluyéndome toda en caricias mientras tú te me das extasiado! ¡Qué infinito el temblor de miradas que vendrá en la emoción del abrazo, y qué tierno el coloquio de besos que tendré estremecida en tus labios! ¡Cómo sueño las horas azules que me esperan tendida a tu lado, sin más luz que la luz de tus ojos, sin más lecho que aquel de tu brazo! ¡Cómo siento mi amor floreciendo en la mística voz de tu canto: notas tristes y alegres y hondas que unirán mi emoción a tu rapto! ¡Oh la noche regada de estrellas que enviará desde todos sus astros la más pura armonía de reflejos como ofrenda nupcial a mi tálamo!
Yo fui la más callada
Yo fui la más callada
de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto. No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales, ni las sordas campanas de ancestrales reflejos; mi ruta era la música salvaje de los pájaros que soltaba a los aires mi bondad en revuelo. No me cargaron buques pesados de opulencia, ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo; encima de los buques mi rostro aparecía silbando en la redonda sencillez de los vientos. No pesé la armonía de ambiciones triviales que prometía tu mano colmada de destellos: sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil el trágico abandono que ocultaba tu gesto. Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida. Te parecías al mar, resonante y discreto. Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos. Sobre mi tú seguiste como el sol en los pétalos. Y caminé en la brisa de tu dolor caído con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto: tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes en inmenso río blanco corriendo hacia el desierto.